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29 de marzo de 2010

Juego mortal en la Italia futurista de los sesenta




La Decima Vittima (1965, Elio Petri)

Tras terminar mi artículo de Fellini 8 1/2 me puse a revisar la filmografía de Marcello Mastroainni, un auténtico galán y uno de los mejores actores que ha parido el cine italiano. De entre todas las películas de los sesenta me llamó la atención este film de 1965 por ser ciencia ficción y por compartir cartel con la sex-symbol del momento, Úrsula Andress.

En un futuro muy lejano nace un deporte conocido como “La Gran Cacería”. Consiste en convertirse en víctima y cazador, según indique el Ministerio de la Caza, y por lo tanto la persona designada como cazador debe eliminar a su víctima, la cual puede matar a su cazador. El número de veces que pueden participar está limitado a diez. Quien sobreviva conseguirá ser laureado como un auténtico atleta, además estará recompensado con una cuantiosa suma de dinero.

Marcello Polletti (Marcello Mastroianni), un reputado cazador, es designado por la máquina del Ministerio como víctima. Su cazadora, como podemos imaginar, es la espectacular Úrsula Andress, en el papel de la norteamericana Caroline Meredith. Durante la persecución ambos personajes establecen un juego de seducción que les llevará poco a poco a enamorarse. Sin embargo esta relación se verá interrumpida por la situación amorosa de Marcello, en pleno trámite de separación y con una amante que quiere casarse con él. Caroline, conocedora de la situación, y con gran interés por conseguir a su víctima, hará todo lo posible por atraparlo entre sus brazos.



La película de Elio Petri, basada en un relato corto del escritor de ciencia ficción de Robert Sheckley, se ha convertido, con el paso de los años, en un referente. En primer lugar porque dio origen a ese subgénero que podríamos denominar “de cacería”, en la que víctimas y ejecutores se persiguen con tal de conseguir sus objetivos, matar/escapar, los cuales siempre están relacionados con la victoria y la libertad. Al citar este subgénero nos vienen a la mente varias películas, entre ellas The Running Man (1987, Paul Michael Glaser) basada en una historia de Stephen King (podemos hablar de plagio tranquilamente). Respecto a su trascendencia me gustaría añadir que las fembots de Austin Powers están sacadas directamente de esta película, concretamente del baile de Úrsula en un club, donde asesina a su víctima disparando dos balas que salen de su minúsculo y brillante bikini.


La Víctima Número 10 también es un referente de la ciencia ficción. Rodada en los años en los que este género se encontraba en plena expansión, cuando las historias se habían alejado de los monstruos, de los seres atómicos y de otros planetas, para empezar a viajar hacia universos inimaginables (ya fueran internos o externos). Al mismo tiempo el futuro se convertía en un contexto de lo más suculento, un auténtico caldo de cultivo para historias increíbles. La película de Petri está considerada, junto a la Barbarella de Vadim, como una pieza de ciencia ficción kitsch europea. Una auténtica joya de la cultura pop en las que encontramos referencias a cómics clásicos, cámaras de Súper-8, decorados compuestos por imágenes estereoscopias, guateques, mini faldas, cuellos mao, decorados minimalistas, pantalones de pitillo, etc. Iconos que hoy en día están de moda y altamente cotizados por ese sector pijo que dice “pero mira que retro”.

Por último quería añadir que en la historia de Petri encontramos no sólo ciencia ficción y cacerías de humanos. Este film italiano tiene un toque a la comedia de enredo que he comentado en otros artículos. Contiene elementos de la comedia de enredo, de la comedia dell’arte y del cine neorrealista. No sólo vemos el típico lío de faltas del macho italiano y el carácter de las mujeres italianas; también se deja ver el peso de la religión y la familia en el personaje de Marcello y la libertad sexual en el de Caroline. En el film hay una escena en la que ambos personajes comparan su forma de ver el matrimonio, él como un acto de amor que debe pasar por la iglesia, y ella como una formalidad más. Estos abismos culturales confluyen en un final sorprendente y surrealista.

La Decima Vittima, un film retro de culto y altamente kistch, que cumplirá las expectativas de los amantes del cómic, de la ciencia ficción y de las bandas sonaras beat, ésta compuesta por Piero Piccioni.

Otras películas del subgénero “corre, corre que te pillo”:


Rollerball (1975, Norman Jewison)
Death Race 2000 (1975, Paul Bertel)
Le Prix Du Danger (1982, Yves Boisset)
The Running Man (1987, Paul Michael Glaser)
Battle Royale (2001, Kinji Fukasaku)
The Condemned (2007, Scott Wiper)


Artículo de Rubén S. Ferrer

25 de febrero de 2010

Mastroiani se divorcia a la italiana




Divorzio all'italiana (1961, Pietro Germi)

Escogí ver esta película por los errores de traducción que he encontrado en las comedias italianas. Aunque muchas de ellas no tenían la terminación "a la italiana" terminaban incluyéndose dentro de esta categoría. Afortunadamente Divorcio a la Italiana está bien traducida.

El film de Pietro Germi cuenta la historia de Fefé (Marcello Mastroiani), barón que vive en de Sicilia en un viejo palazzo decadente, propiedad se su tío, con quien lo comparte. Fefé está casado con Rosalía, una mujer todo lo opuesto a Sofía Loren. Esta vez su pareja es fea, incluso maquillándose, de carácter receloso y posesivo. La vida del personaje de Mastroiani es un "asco", es deprimente, y está en plena decadencia, como el palacio. Sin embargo encuentra una satisfacción personal en el cuerpo de su jovencísima y virginal sobrina, de la que se enamora perdidamente. Al ver que ésta le corresponde empieza a maquinar un plan; divorciarse (uno de los referentes sociales de la película) de su esposa porque le ha sido infiel. En su idea sólo falla una parte, que ha de encontrar un amante para su mujer, y teniendo en cuenta cómo es se vuelve una tarea complicada. Finalmente tropieza con un hombre que la amó en su juventud. Hecho. A partir de ese momento Fefé crea situaciones propicias para que coincidan los amantes, y finalmente lo consigue, por lo que, asumiendo el papel de marido cornudo, decide asesinar a su esposa y al amante para limpiar su honor. Tras unos pocos años entre rejas Fefé, que es recibido como un héroe, se casa con su sobrina. Sin embargo Fefé ya no es el mismo, ahora desconfía de los amigos de su nueva mujer.


Divorcio a la Italiana, es un clásico de los más importantes dentro de la comedia italiana post-neorrealista. La acción transcurre en la Italia de los sesenta, una época en la que el país se reconstruye y vive una modernización necesaria. En el film de Germi, que ahora está muy mal visto debido a los problemas que sufrimos en nuestro país por el maltrato de pareja, de muestra con ironía y sátira el carácter machista de la sociedad italiana, y por este motivo sitúa la acción en Sicilia. A parte de la interpretación magistral de Mastroini, quien trabaja a la perfección el personaje dotándolo de unos tics que quedan en nuestra memoria, hay que recordar que ganó el Oscar a Mejor Guión Original en 1962 (escrito por Ennio De Concini, Pietro Germi y Alfredo Giannetti). Tanto Germi como Mastroiani estuvieron nominados.

Algunos matrimonios mal avenidos:

Matrimonio all'Italiana (1964, Vittorio De Sica)
Sedotta e Abbandonata (1964, Pietro Germi)
Divorce American Style (1967, Bud Yorkin)
The War of The Roses (1989, Danny DeVito)
Intolerable Cruelty (2003, Joel Coen)


Artículo de Rubén S. Ferrer

3 de febrero de 2010

Los desconocidos habituales atacan de nuevo




Audace colpo dei soliti ignoti (1960, Nanni Loy)

Las secuelas están para algo, sobre todo cuando la primera parte ha sido un éxito de taquilla, crítica y público. Tras enterarme que Rufufú tenía más partes decidí probar, por eso el film seleccionado fue Rufufú da el golpe, cuyo título original es Audace colpo dei soliti ignoti, dirigida por Nanni Loy en 1960, secuela del I Soliti Ignoti rodada en 1958 por Mario Moncelli.

Y esta es la sinopsis:

Un milanés convence a Pepe y a sus amigos de Roma para que se trasladen a Milán con el objetivo de cometer un golpe muy fácil y provechoso: robar el furgón que transporta el dinero de las quinielas. Al llegar a la capital lombarda, se encuentran solos porque el que planeó el golpe ha sido arrestado. Así y todo, deciden continuar igualmente y, a pesar de no respetar el plan diseñado al efecto, consiguen su cometido. Por desgracia, y a causa del comportamiento de uno de ellos, para no terminar en la cárcel, se ven obligados a abandonar la maleta que contiene el preciado botín... (FILMAFFINITY)


La película arranca con un personaje nuevo, un milanés que lee en el periódico la siguiente noticia "Los de siempre terminan robando habas y chorizo", artículo que enlaza perfectamente con el final de la primera película (el recurso narrativo que más me ha gustado del film). El milanés se encuentra leyendo el periódico a la salida de la fábrica en la que trabaja Pepe "el Pantera", el ex-boxeador con aires de mafioso. Pepe al descubrir que un individuo se interesa por el sale corriendo del local como alma que lleva el diablo.Tras una desastrosa persecución, ya que piensa que se trata de un policía, llega a su casa donde le sorprende la presencia de este enigmático personaje. La finalidad del milanés no es otra que proponerle un nuevo trabajo al ladrón romano, robar una maleta que contiene la recaudación de la loteria. Como "el Pantera" no es muy listo llama a sus compañeros, los mismos con los que terminó comiendo un potaje en su primer trabajo. Así que juntos se embarcan en esta nueva aventura, que al igual que la anterior termina en fracaso.


La secuela de Rufufú no me ha parecido tan buena como la primera (suele ser normal). Esta vez las huellas neorrallistas ya no están presentes. Si en la primera veíamos una ciudad en plena expansión arquitectónica, símbolo del progreso, en esta ya no tiene tanta importancia, por lo que la realidad social queda reducida a dos pinceladas que aportan los personajes femeninos. Ambos hacen referencia a la infancia y como en ella pasaron las penurias propias de la pobreza. Otro rasgo social que me ha parecido ver en este film, y que no recuerdo en el anterior, es el machismo dominante que podemos observar a través del personaje de Pepe, quien después de propinar una bofetada a su chica le dice "cuando vuelva ya verás la que te espera"; eso sí, dicho con tono de comedia. Esto, ahora mismo, es un problema porque nos hemos distanciado tanto de este modelo de conducta que, aunque se trate de una comedia de hace cuarenta y nueve años, nos molesta y duele.


La historia de estos rufianes palurdos contó con una nueva película en 1987, I Soliti ignoti vent’anni dopo, en la cual se retoma al personaje interpretado por Mastroianni, quien decide juntarse junto a Pepe "el Pantera" y Ferribotte para dar otro golpe y así recuperar a su mujer Tereza, personaje que no aparece en la primera película, pero al que sí nombran.

Para terminar sólo me gustaría recordar que este film, al igual que el anterior, pertenece a uno de los géneros más viejos de la historia del cine, al "bank robbery", relacionado también con el western. Es interesante ver como este género, a lo largo de la historia, se ha posicionado en la catalogación genérica de películas, a veces como subgénero y otras como género.

La trilogía del Soliti Ignoti:

I Soliti Ignoti (1958, Mario Moncelli)
Audace colpo dei soliti ignoti (1960, Nanni Loy)
I Soliti ignoti vent’anni dopo (1987, Amanzio Todini)


Artículo de
Rubén s. Ferrer

25 de enero de 2010

Un atraco a la italiana




Soliti Ignoti (1958, Mario Monicelli)

El género cinematográfico puede crear mucha controversia, ya que los autores suelen considerar sus obras como inclasificables. Sin embargo si algo bueno tiene el género es que nos permite clasificar, catalogar y organizar las películas. Y esto siempre ha sido así, según el historiador cinematográfico Rick Altman, desde los orígenes, cuando sólo habían tres géneros: el musical, el melodrama y el documental. El resto, tal y como los conocemos son ramificaciones de estos. En el libro Los Géneros Cinematográficos, Altman relaciona con el western un subgénero que tiene que ver con él, el de los robos. A partir de este subgénero los podemos encontrar a mano armada, planificación de robo, engaños, etc; y no sólo en Estados Unidos, sino a lo largo de todo el mundo. Sin entrar en detalles a la comedia clásica italiana también le pico el gusanillo, como en España con Atraco a las tres (1963, José María Forqué).



Conocida oficialmente en nuestro país como Rufufú (en la película no sale para nada este nombre), gracias a las magnífcas traducciones y adaptaciones. El film de Monicelli cuenta la historia de un grupo de ladronzuelos que, seducidos por la idea de uno de ellos, deciden robar una caja fuerte. Como las circunstancias no les son favorables deben hacerlo a la antigua usanza, agujerear la pared del apartamento vecino donde se encuentra la caja en cuestión. Cada personaje tiene intereses distintos en este robo, unos para conseguir dinero y otros para volver a ser útiles. El caso es que cada uno de ellos es de todo menos ladrón profesional. El desastre está servido.


Rufufú es una auténtica comedia italiana, ligera, rápida, con mucho diálogo y unos personajes exagerados. Juntos, revueltos y con un objetivo tan poco usual convierten la película de Monicelli es un cóctel explosivo. Si pensamos en la trama nos vendrá a la mente The Great Train Robbery (Edwin S. Porter, 1903), y todas las películas que tracos que le siguieron. Personalmente creo que I Soliti Ignoti influenció más de lo que pensamos, ya que tomando la estructura y la historia encontramos otro film muy similar Ocean's Eleven (Lewis Milestone, 1960), que más tarde sería rehecho por Steven Soderbergh. En el 2002, y producida por George Clooney, se hizo un remake Welcome To Collinwood, con la misma trama y, en general, muy poco interesante.

Otros atracos cómicos que te gustarán:

Green Grow The Rushes (1951, Derek N. Twist)
The Ladykillers (1955, Alexander MacKendrick)
Atraco a las tres (1963, José María Forqué)



Artículo de Rubén S. Ferrer

11 de enero de 2010

De Sica y su estilo "a lo italiano"



Cuatro años después de que Sofía Loren ganara el Óscar por La Ciociara (Dos Mujeres, Vittorio de Sica, 1960), sorprendió al mundo con la interpretación de Filomena Marturano, la pareja de Domenico Soriano (Don Mimi), papel encarnado por Marcelo Mastroianni. La película de Vittorio de Sica cuenta la historia de Filomena, una joven prostituta que en tiempos de guerra conoce a Don Mimi, un hombre de negocios y caradura, que se siente atraído por ella. A lo largo de los años, el caprichoso destino los vuelve a reunir, y el acomodado Domenico la retira de la calle para colocarla en su casa con la única finalidad de cuidar de su madre.

La primera vez que vi esta película me llevé una desagradable sorpresa, sabía que Vittorio de Sica hacía comedias ligeras pero no historias con una carga tan dramática y al mismo tiempo con tintes cómicos. Tras la primera impresión decidí verla otra vez ya que las películas no se aprecian de la misma manera. Y así fue. Con este segundo visionado descubrí un film interesate, denso, dramático y cínico.



La película arranca con una Sofía Loren a punto de morir. Débil, agotada, sudorosa y agonizante, hace llamar a su mantenedor, Marcelo Mastroianni, quien se dedica a flirtear con las muchachas que pasan por su negocio, y con las que suele comprometerse. Nada más recibir la noticia Don Mimi, corre hasta su casa para encontrarse a Filomena apunto de morir. Durante este primer acto, a través de flashbacks, se nos cuenta la historia de esta extraña pareja. Don Mimi, un playboy hasta en los momentos más difíciles de las posguerra, se encapricha con una joven prostituta, con la que tropieza varias veces en el transcurso de los años. Él se siente atrído por ella, ella se enamora de él. Cansado de saber que su chica es puta decide sacarla del prostíbulo para ponerla en un piso, donde no tiene que hacer otra cosa que limpiar y cuidar de la madre de Doménico. Conforme pasa el tiempo comenzamos a comprender a Filomena, una mujer dura, valiente, que aparte de procurar por su vida, piensa en la de su hijo pequeño. Tras los flashbacks volvemos a la habitación de la moribunda señora Marturano. En un momento de desesperación le pide a Don Mimi que se case con ella, y él, haciéndole el favor a la muerta, acepta. Agobiado por la situación decide hablar con su amante, a quien le dice que en breve estará con ella ya que Filomina está agonizando; acto seguido aparece Sofía Loren, fuerte, reafirmada, viva. "La moribunda está aquí para quedarse" es la frase que le deja caer la señora de Doménico, quien a partir de ese preciso instante vivirá un infierno y sufrirá un cambio de personalidad. Finalmente, y tras pasar por muchas dicusiones "a la italiana" Don Mimi, no sólo acepta los hijos que ha tenido Filomena, sino que reconoce, ya en la madurez, su amor hacia su compañera.


Matrimonio all'italiana es toda una lección de humildad, tanto cinematográfica como personal. La película se centra en la sociedad que surge tras la Segunda Guerra Mundial. A partir de la desestructuración de la familia, y la modernización de la mentalidad en cuanto a la religión, De Sica nos muestra a personas que han perdido su capacidad de sentir. En el film vemos como los personajes cambian, pasan de un plano anímico frío y distante, a otro más humano a través de la agonía que produce la pérdida de un ser querido, a lo que hay que añadir la "jugarreta" de Filomena. Quiero destacar como, al final, el personaje de Mastroanni evoluciona, aceptando en su madurez, al convertirse en un hombre completo. Aunque aparentemente el mensaje de la película sea procatólico, creo que el cambio que sufren los personajes, transgrede las barreras del pensamiento cristiano, para focalizar su discurso en la evolución de las personas y la aceptación de la vida misma.

Si te gustó Matrimonio a la Italiana:

Dos mujeres (1960, Vittorio De Sica)
Seducida y abandonada (1964, Pietro Germi)
Divorcio a la italiana (1962, Pieto Germi)


Artículo de Rubén S. Ferrer