10 de febrero de 2010

Con Mary and Max la plastilina se hizo arte




¿Cómo se puede confiar en una academia que nunca premió a genios como Stanley Kubrick, Charles Chaplin, Howard Hawks o Ennio Morricone? No me valen los premios honoríficos y no me vale que una película como Mary and Max, del australiano Adam Elliot, no esté en la ceremonia de este año peleando ( si hubiera todavía alguna opción) la estatuilla a la también fabulosa Up.

Porque Mary and Max no es una película de animación cualquiera y es quizá por eso, por el hecho de que no se ajusta a un público infantil que no reciba su merecida recompensa.


Cuenta la historia de dos personajes muy diferentes pero iguales al mismo tiempo, Mary, una imaginativa niña australiana de madre alcohólica residente en Melbourne y Max, un peculiar, solitario y maniático viejete que vive en Nueva York. Un día Mary, en busca de algún amigo, decide enviar una carta al azar al primer nombre que encuentra en la guía telefónica de Nueva York: Max Horowitz, y así es como se inicia una bonita y duradera relación de amistad por correspondencia.

A través de unas divertidas y en ocasiones negras cartas, ambos van abriendo su corazón y contándose el uno al otro lo que es la soledad o intentando explicar el mundo que les rodea mediante una omnipresente voz en off ( Philip Seymour Hoffman y Toni Collette en el original). Ahora bien, ¿Cómo explica la realidad un viejo con el síndrome de Asperger, que tiene que ayudarse de dibujos para identificar si una persona está triste o contenta? O ¿Cómo lo hace una niña de 8 que piensa que los bebés australianos nacen en las jarras de cerveza?


Viendo Mary and Max uno se pregunta como puede algo tan inocente como la plastilina emocionar de esa forma, atacar tan duramente a los sentimientos incluso hasta la lágrima y al mismo tiempo robar unas cuantas risas, que luchan por salir de forma contenida. La película te agarra y no te suelta en un tiempo…

Sí, son personajes un tanto extremos, sí, sus vidas son duras, al fin y al cabo infelices, pero comparten con nosotros la esencia de la amistad, el sentimiento de unidad y satisfacción, que por desgracia vamos perdiendo en esta sociedad tan deshumanizada.

Para ver el trailer en la lengua de Shakespeare, haz click aquí.

Otras películas para niños de más de 18 años:

Fritz el gato (1972) de Ralph Bakshi
Heavy Metal (1981), de Gerald Potterton
Akira (1988), de Katsuhiro Ôtomo
South park: Más grande, más largo y sin cortes(1999), de Trey Parker
Waking Life (2001), de Richard Linklater
A scanner darkly (2006), de Richard Linklater
Persépolis (2007), de V.Paronnaud y M.Satrapi
Vals con Bashir (2008), de Ari Folman


Artículo de David Boscá

9 de febrero de 2010

Cuernos a la italiana




Il Magnífico Cornuto (1964, Antonio Pietrangeli)

Nos recomendaron esta película en el videoclub Stromboli de Valencia. Todo surgió porque le preguntamos por comedias italianas. "¿Conocéis Celos a la Italina? La acaban de editar." La alquilamos y lo siguiente que descubrimos fue una gran película con sus altibajos, pero una gran película.
Podemos decir que Il Magnífico Cornuto sí que es una de esos films que apellidaban con "a la italiana". Conocida en nuestro país como Celos a la Italiana narra la historia de Andrea (Ugo Tognazzi), un hombre la clase alta, que tras ver cómo sus amigos engañan a sus mujeres y de cómo éstas los engañan a ellos, empieza a suspechar de su perfecta y bella esposa Maria Grazia (Claudia Cardinale). Eso sí, todo empieza después de que Andrea la engañe.


En el film encontramos una crítica mordaz a esa clase alta-media, licenciados/as con un buen trabajo, con un coche espectacular, y con unas infidelidades que quedan en el grupo de amigos. Miradas, celos, cuchicheos, llamadas por teléfono, sospechas; todo oculto en el plano de una felicidad aparente, vacía e insípida. Así es el caldo de cultivo en el que los personajes de la película de Pietrangeli desarrollan sus inquietudes y deseos. La premisa cómica, y cínica, está servida, y caliente, desde el momento en el que la mujer con la que se acuesta Andrea le dice que su esposa le ha sido infiel, seguro. Con esta nudo de guión nos adentramos en una espiral que nos absorbe hacia su centro al mismo tiempo que nos acompaña de la locura que viene el personaje principal. Finalmente Andrea, un hombre seguro de si mismo, se convierte en un paranoico al sospechar que todos sus amigos se han acostado con su mujer. ¿Será cierto? ¿Le habrá sido infiel alguna vez? Lo cierto es que la hermosa Mari Grazia ve que su marido está cada día más raro.


Por último me gustaría comentar que no sólo el cuerpo de la bella Cardinale es lo más destacable del film, sino el trabajo de Pietrangeli como director, y el de los guionistas Diego Fabbri, Ruggero Maccari, Ettore Scola y Stefrano Strucchi, que juntos convierten la película en un referente de las estrategias narrativas oníricas, ya que es a través de sueños cuando Andrea ve a su mujer con otros hombres. De entre todos ellos me gustaría destacar en el que su esposa baila frente a unos hombres en una habitación durante una noche de tormenta, mientras estos le quitan las telas que componen su vestido. La dirección de Pietrangili en esta secuencia es magnífica, así como la combinación de la iluminación y los efectos especiales, consiguiendo crear un clima de pesadilla y sueño erótico.

Disfruta de la secuencia en Youtube

Películas de Pietrangeli:


Como guionista del cine neorrealista

Ossessione (1943, Luchino Visconti)
La terra trema (1948, Luchino Visconti)

Como director

El Soltero (1955)
Fantasmi a Roma (1961)
Io la conoscevo bene (1965)
Le Fate (1966)


Artículo de Rubén S. Ferrer

8 de febrero de 2010

Programa doble: El mito de la caverna en Matrix y Nivel 13




“¿Qué es lo que veo por la ventana? Sombreros y capas que muy bien podrían ocultar unas máquinas artificiales, movidas por resortes”

René Descartes


Al igual que los hombres del mito de la caverna de Platón, obligados a contemplar unas sombras a las que consideran la auténtica realidad, los protagonistas de Matrix y Nivel 13 viven, sin saberlo, como esclavos en un mundo irreal. Del mismo modo que en el mito, alguien conseguirá escapar de la prisión y ver el mundo exterior. Al principio le dolerán los ojos, pero logrará observar la verdadera realidad, mucho más compleja que las proyecciones virtuales que entendían como reales.


El documental ¿¡Y tú que sabes!?, refleja algunas de las últimas teorías de la física cuántica (en la línea más cercana a la Nueva Era) que cambia por completo la noción de nuestro universo. Se afirma que existen unas partículas más pequeñas que los átomos (subatómicas) que no están hechas de materia sino de energia. Estas partículas parecen existir únicamente cuando son observadas, es decir, que nosotros somos creadores de la realidad física que aparentemente es sólida. Según estas teorías, nuestros pensamientos crean nuestro mundo, de la misma forma que el lenguaje binario informático crea el mundo “real”de Nivel 13 o la falsa realidad de Matrix. Sus mundos no son más que conceptos construidos por otros hombres en la película de Josef Rusnak o por máquinas, en la trilogía de los hermanos Wachowsky.

A diferencia del mito de Platón, donde el mundo real es inteligible (se accede con el alma), los mundos de Nivel 13 y Matrix son físicos, siendo el falso mundo, virtual, producto de una computadora. En este contexto, Neo, puede (y debe) aprender a dominar este falso mundo, consciente de su “no existencia” y ser capaz de cualquier cosa, cualquier imposible.


Esto,tampoco es nuevo. Estrechamente enlazado con la teosofía y con algunas doctrinas orientales, Neo no sería otra cosa que el equivalente al maestro ascendido, que una vez alcanzada plena consciencia del más alto nivel, sobrepasa las limitaciones de la experiencia humana, siendo capaz de desafiar las leyes físicas, como volar o esquivar las balas.

Por desgracia, los habitantes de los dos mundos de Nivel 13 ( el mundo contemporáneo y el de los años 30) no son capaces de trascender y adquirir un poder divino como hace Neo y permanecerán eternamente anclados allí hasta que alguien lo determine.

Hannon Fuller, el viejecito que utilizaba el mundo virtual para beneficiarse de las bellas coristas, al menos descubre la terrible verdad, que al igual que los Smith de la trilogía Matrix, los responsables intentarán ocultar a cualquier precio.


Grogias, filósofo griego nacido en el siglo V antes de Cristo, elaboró tres conocidas tesis:

1. No existe realidad alguna
2. Si algo existiera sería impensable
3. Si se diera el caso de que conocieramos algo, no podríamos comunicarlo a los demás…


¿Acaso nuestro mundo no es real?



Las películas:


Nivel 13 (1999),de Josef Rusnak
Matrix (1999), de los hermanos Wachowsky


Artículo de
David Boscá

6 de febrero de 2010

La larga y ancha carretera




The Road (2009), de John Hillcoat

¿Merece la pena vivir? ¿Vale la pena seguir luchando en un mundo que se fragmenta , donde el sol apenas llega y la naturaleza ha muerto, los árboles se desploman y la humanidad está perdiendo todos los valores que la distinguía de otras especies? Sin un objetivo, sin un futuro, sin un lugar donde vivir en paz…

Un hombre ( Viggo Mortensen), a diferencia de su mujer (Charlize Theron) sí que lo cree, y pone todo su empeño para que su hijo ( Kody Smit-McPhee) aprenda a abrirse paso en un mundo desolador. Un padre que es capaz de darlo todo por su hijo, que es capaz de matar, de desconfiar, luchar, lanzar sus recuerdos al mar ( que le hacían demasiado débil en una sociedad tan dura y cruel) o ceder cualquier rastro de alimento por delante de su salud.


Padre e hijo avanzan por lo que queda de las carreteras, siempre en busca de alimento, tan escaso. Desconocen si más allá del mar, existe un mundo mejor, algún rayo de sol, algún animal con vida, y no les queda más que seguir su camino hacia el lejano sur por tierras habitadas por los que algún día fueron hombres y que no dudan en hacer cualquier cosa con tal de sobrevivir (como vemos en la terrorífica escena del sótano).

John Hillcoat, el prometedor director de La propuesta, adapta de forma magistral la novela del mismo nombre ganadora del Pulitzer, obra de Cormac McCarthy (autor también de No es un país para viejos). Lo hace con la ayuda de Nick Cave y Warren Ellis ( partitura original) y con la inestimable aportación del español Javier Aguirresarobe en la complícadísima fotografía.


¿Cómo fotografiar un mundo sin sol? Se planteaba Aguirresarobe y se preguntaba, antes de empezar el rodaje, si la mejor opción era grabar día por noche.

The Road ( La carretera) es un auténtico espectáculo visual, rodada en buena parte en los amargos paisajes de Nueva Orleans, Aguirresarobe saca a relucir su experiencia y aprovecha cualquier rastro de luz proveniente de una vela, de un solitario rayo de luz, de un reflejo en el agua para construir una fotografía sorprendentemente muy natural en un mundo tan gris. Éste filma a padre e hijo en parajes con geometrías surrealistas creando verdaderas obras de arte y Hillcoat decide, con gran criterio, alejarse de otras películas apocalípticas, ahorrándose flashbacks y explicaciones innecesarias y no se ensaña con el espectador, y aunque es verdad que le ofrece verdaderos momentos de angustia, no cae en el dramatismo más sensacionalista.


Las interpretaciones de Viggo Mortensen y de Kody Smit-Mcphee ( de tan sólo 11 años), de una sinceridad tan humana, sin duda están a la altura de las mejores interpretaciones de la más reciente historia del cine.



Otras aventuras post-apocalípticas:

Five (1951), de Arch Oboler
Mad Max (1979), de George Miller
Quintet (1979), de Robert Alman
Doce Monos (1995), de Terry Gilliam
Hijos de los hombres (2006), de Alfonso Cuarón
28 semanas después (2007), de Juan Carlos Fresnadillo
Soy Leyenda (2007), de Francis Lawrence
El incidente (2008), de M. Night Shyamalan


Artículo de
David Boscá

Los soldaditos de Jesús




Hace años tuve la suerte de ver una película de Ibáñez Serrador titulada ¿Quién puede matar a un niño?. En este film de terror una joven pareja extranjera viaja a una isla española, posiblemente en Menorca, para pasar unas felices vacaciones. Nada más llegar empiezan a ver muchos niños y pocos adultos, y conforme avanza la película la desproporción se vuelve cada vez más grande. Lo interesante del tema es ver como los chavales empiezan a organizarse socialmente. Toda una película de terror. Pues si los niños de este largometraje dan miedo en Jesus Camp, que es un documental sobre los evangelistas, dan miedo de verdad.

El documental del 2006 dirigido por Rachel Grady y Heidi Ewing trata sobre una serie de niños que pasan sus veranos en un campemento religioso propiedad de los evangelistas. Dicho centro está liderado por una mujer, Becky Fischer, quien guía a sus pequeños a través de un mundo corrupto, equivocado y contendado a la destrucción. El único camino para la salvación es rezar, aceptar a Jesús en sus corazones y luchar contra el sentido que están tomando la cosas. Por ese motivo Fischer adoctrina a sus alumnos para que se conviertan en "God's Soldiers", o "Army Of God", y luchen cuerpo a cuerpo contra su enemigo, los no creyentes. Pero los soldados de Dios no están solos, son liderados por un hombre que, gracias a la intervención divina, ha sido puesto en la Casa Blanca. El enviado no es otro que G. W. Bush. Para conseguir su meta y, a través de la guerra, cambiar el mundo, rezan a su líder. Tras las oraciones y los éxtasis místicos los niños consiguen ver a Jesús, quien a partir de ahora les guiará en su lucha particular.

Si esto no es un buen argumento para una película de terror que me lo digan. Si esto no es adoctrinar a niños ignorantes que me lo digan también. Si esto no es anular el pensamiento individual y el razocinio humano que me lo digan también.


La película de Grady y Ewing recoge los días del campamento y la salida de éste a través de las declaraciones de tres pequeños: Levi, Rachel y Tori. Estos niños representan a la perfección la mentalidad del grupo: lloran en los momentos de éxtasis, creen que la salvación está por venir, piensan que el combate contra los enemigos de Dios es la manera de consguir su objetivo, y afirman que el evolucionismo y el calentamiento global son falsos. Ante esta actitud debemos mirar a los padres. ¿Los niños no van a la escuela? ¿No ven los informativos de televisión? No, los niños no van a clase. Aprenden en casa a través de la Biblia, de los libros evangelistas y de las enseñanzas directas de los padres. ¿Por qué? Porque sus progenitores piensan que las escuelas están corruptas y que han tenido hijos para estar siempre con ellos, en todos los momentos de su vida, e-n t-o-d-o-s.

Si los padres son guías para sus hijos, en esta religión lo son aún más. Sin embargo, tanto los niños como sus procreadores deben asistir a reuniones, a las conferencias que imparte Becky Fischer, la ministra, la adoctrinadora. Nada más empezar el documental, la señorita Fischer se presenta orgullosa a cámara como "ministra" para la enseñanza de las doctrinas evangelistas, siendo sus alumnos a los niños de su "diócesis" (por llamarlo de una menera). Así, esta mujer que encargada de preparar los discursos, y los sermones, que da a las familias en las reuniones, tanto fuera como dentro del campamento. Hay una secuencia en el documental en el que Fischer ejemplifica el mal y la tencación a través de dos muñequitos de peluche, un león cachorro y otro adulto. Ambos, a simple vista, no inspiran ni respeto, sino todo lo contrario, pero en boca de la ministra, los juguetes se convierten en armas creadas por el diablo para que los niños sean débiles. El resto de los chiquillos del planeta les pedirán a sus padres que les compren uno, pero las semillas evangelistas no pueden ser débiles ante la llamada del diablo. En la misma secuencia Fischer nos muestra otros juguetes que ha comprado en tiendas, como una Barbie y un Kent que representan el pecado. Pero esto no termina aquí. Volviendo a las perlas que dice la ministra, me gustaría destacar por último la declarición que hace sobre la guerra que podrían librar sus soldados de Dios. En una de las primeras secuencias la señorita Becky Fischer, mientras ve un vídeo en que una niña entra en éxtasis, dice que si los niños de otras religiones se adoctrinan desde pequeños y saben que en cualquier momento pueden emprender una guerra contra otras culturas ¿por qué sus niños no pueden luchar por Dios?. Esa pregunta es demoledora.


De todos los personajes que aparecen en Jesus Camp tampoco hay que olvidarse del pastor evangelista Ted Haggard. Esposo, padre y mentor es el referente clave para Levi, un niño que quiere ser él, quiere predicar, enseñar la verdad, promover el alzamiento y desenmascarar a aquellos que no siguen las lecciones de la biblia. El documental también cuenta con otro personaje que está en la oposición, Mike Papantonio, un abogado que dirige y locuta el programa Ring Of Fire, en la Air America Radio. Como buen cristiano católico razona y analiza el problema de la actitud de los evangelistas. Hacia el final del film entra en antena Fischer y ambos mantienen una discusión sobre el adoctrinamiento y el lavado de cerebro. La conversación termina con Becky reconociendo que, tanto el lavado como la instrucción son métodos necesarios para formar al ejército de Dios.

Un buen documental, contado con sencillez, muy directo y de temática altamente conflictiva. Interesante. Ahora que cada uno vea el documental y juzgue por si mismo.

Pd.- El pastor Ted Haggard, quien se hizo famoso por sus polémicas acusaciones contra los homosexuales, fue expulsado de su iglesia al salir a la luz que durante muchos años estuvo manteniendo relaciones con otro hombre a cambio de dinero. Actualmente Haggard dice que se ha "curado" de la homosexualidad gracias a su religión.

Seguro que te parecerán interesantes:

Hell House (2001, George Ratliff)
Devil's Playground (2002, Lucy Walker)
Silhouette City (2008, Michael W. Wilson)


Artículo de Rubén S. Ferrer

5 de febrero de 2010

El Tren: La última gran película de aventuras en blanco y negro




Si hay un director de cine especialista en el cine de acción y de aventuras es el recientemente fallecido (2002) John Frankenheimer, que iniciando su trayectoria desde el mundo televisivo, prácticamente en sus inicios, supo encarrilar una carrera repleta de taquillazos que lamentablemente no le sirvieron para que hoy día sea recordado por el gran público. Tiempo al tiempo.

Una de sus grandes películas es sin duda El tren (1964 ), posiblemente la última gran película de aventuras en blanco y negro, interpretada por Burt Lancaster, actor que ya había colaborado con Frankenheimer en Siete días de Mayo (1964) y en El hombre de Alcatraz (1962).



La historia es muy sencilla. Estamos en los últimos años de la ocupación nazi en Francia, a pocos días de que los aliados liberen París, un coronel alemán decide llevarse para Alemania una impresionante colección de arte ( compuesta por lienzos de Gauguin, Monet, Picasso, Matisse…) que residía en la ciudad. Las obras viajarán en un tren especial, pero un funcionario encargado del ferrocarril y miembro de la resistencia ( Burt Lancaster) dará su vida con tal de que esas obras no lleguen a Berlín.

Tras una eficaz presentación, donde se nos presentan las obras de arte y los planes del coronel Von Waldheim (Paul Scofield), comienza una auténtica carrera contrarreloj con escenas que nada tienen que envidiar al maestro del suspense Alfred Hitchcock o al mismísimo Orson Welles, al cual Frankenheimer admiraba.


El ritmo del film es rápido como la locomotora que transporta los cuadros, prácticamente no se nos da respiro en las más de dos horas que dura el metraje y disfrutamos de una película de aventuras de toda la vida, con un guión solido, una fotografía expresionista a la europea planteada con excelentes planos cargados de profundidad , buenas dosis de suspense (excepcional la escena de la pensión) y sobre todo con el valor añadido (en este caso el arte como identidad de una nación o una valiosa mercancia) , siempre presente en las películas de Frankenheimer.

Si te gustó El tren:


Gunga Din (1939) de George Stevens
El salario del miedo (1953), de Henri-Georges Clouzot
La gran evasión (1962), de John Sturges
El vuelo del Fénix (1965), de Robert Aldrich
Doce del patíbulo (1967) de Robert Aldrich
El desafío de las águilas (1968), de Brian G. Hutton
Indiana Jones y la última cruzada (1989), de Steven Spielberg


Artículo de
David Boscá

4 de febrero de 2010

Gondry, Kaufman y el eterno resplandor de la mente inmaculada




Tras conseguir dos nominaciones a los Óscar por los guiones de Cómo ser John Malkovich (1999) y Adaptation (2002) por fín le llegó la estatuilla en 2004 a Charlie Kaufman por su Eternal Sunshine of the Spotless Mind ( ¡Olvídate de mí! en nuestro creativo país). Sin duda han sido los dos directores de videoclips, con una trayectoría cinematográfica más interesante, Michel Gondry y Spike Jonze ( sin olvidarse de David Fincher) los que más partido han sacado a los delirios del genial guionista.

En El eterno resplandor de la mente inmaculada, Joel ( Jim Carrey) descubre un día que su impulsiva novia, Clementine ( Kate Winslet) ha hecho que borren de su cabeza todos los recuerdos de la frustada relación de pareja. Ofendido, Joel acude a la clínica del doctor Howard Mierzwiak (Tom Wilkinson), responsible del proceso, para que borre también a Clementine de su memoria. Cuando parece que todo va según lo previsto, Joel, descubre en lo más fondo de su cerebro, que sigue queriendo a Clementine e inicia una lucha contra el doctor Mierzwiak y su equipo ( Elijah Wood, Mark Ruffalo y Kirsten Dunst) para intentar conservar el recuerdo de su novia.



¿Cómo una película tan surrealista puede ser tan real, tan auténtica? Posiblemente porque juega con la magia inmortal de los recuerdos, elemento fundamental del género humano junto a los sueños, que dan una aproximación a la realidad, a nuestras realidades, mucho más cercana que la propia historia. Y por eso ¡Olvídate de mí! nos toca la fibra, hurga en lo más profundo de nuestro corazón y nos recuerda lo que es enamorarse y desenamorarse de una forma fresca e impredicible.


En la cabeza de Joel, Michel Gondry y Charlie Kaufman están en su salsa, libres para dar rienda suelta a su creatividad y mostrar, con la ayuda de un fantástico montaje ,el laberinto de emociones y recuerdos que se multiplican como los instrumentos de los White Stripes en el video de The hardest button to button. Capacitados para imaginar una historia y moldearla con el material con el que se construyen los sueños, que nos es tan familiar y por ello tanto nos afecta.

¡Olvidate de mí!
es la historia de las relaciones de pareja, de la inseguridad de la primera conversación, la emoción del primer beso, la tranquilidad que da el primer año, las discusiones absurdas, el miedo, los largos silencios, las discusiones, las despedidas y la vuelta a empezar. Porque el ser humano siempre vuelve a empezar, orgulloso de ser propietario de su legítimo derecho a equivocarse una y otra vez…


El cine de Charlie Kaufman:


Cómo ser John Malkovich (1999)
Human Nature (2001)
Confesiones de una mente peligrosa (2002)
Adaptation (2002)
¡Olvídate de mí! (2004)
Synecdoche, New York (2008) como director


Artículo de
David Boscá

3 de febrero de 2010

Los desconocidos habituales atacan de nuevo




Audace colpo dei soliti ignoti (1960, Nanni Loy)

Las secuelas están para algo, sobre todo cuando la primera parte ha sido un éxito de taquilla, crítica y público. Tras enterarme que Rufufú tenía más partes decidí probar, por eso el film seleccionado fue Rufufú da el golpe, cuyo título original es Audace colpo dei soliti ignoti, dirigida por Nanni Loy en 1960, secuela del I Soliti Ignoti rodada en 1958 por Mario Moncelli.

Y esta es la sinopsis:

Un milanés convence a Pepe y a sus amigos de Roma para que se trasladen a Milán con el objetivo de cometer un golpe muy fácil y provechoso: robar el furgón que transporta el dinero de las quinielas. Al llegar a la capital lombarda, se encuentran solos porque el que planeó el golpe ha sido arrestado. Así y todo, deciden continuar igualmente y, a pesar de no respetar el plan diseñado al efecto, consiguen su cometido. Por desgracia, y a causa del comportamiento de uno de ellos, para no terminar en la cárcel, se ven obligados a abandonar la maleta que contiene el preciado botín... (FILMAFFINITY)


La película arranca con un personaje nuevo, un milanés que lee en el periódico la siguiente noticia "Los de siempre terminan robando habas y chorizo", artículo que enlaza perfectamente con el final de la primera película (el recurso narrativo que más me ha gustado del film). El milanés se encuentra leyendo el periódico a la salida de la fábrica en la que trabaja Pepe "el Pantera", el ex-boxeador con aires de mafioso. Pepe al descubrir que un individuo se interesa por el sale corriendo del local como alma que lleva el diablo.Tras una desastrosa persecución, ya que piensa que se trata de un policía, llega a su casa donde le sorprende la presencia de este enigmático personaje. La finalidad del milanés no es otra que proponerle un nuevo trabajo al ladrón romano, robar una maleta que contiene la recaudación de la loteria. Como "el Pantera" no es muy listo llama a sus compañeros, los mismos con los que terminó comiendo un potaje en su primer trabajo. Así que juntos se embarcan en esta nueva aventura, que al igual que la anterior termina en fracaso.


La secuela de Rufufú no me ha parecido tan buena como la primera (suele ser normal). Esta vez las huellas neorrallistas ya no están presentes. Si en la primera veíamos una ciudad en plena expansión arquitectónica, símbolo del progreso, en esta ya no tiene tanta importancia, por lo que la realidad social queda reducida a dos pinceladas que aportan los personajes femeninos. Ambos hacen referencia a la infancia y como en ella pasaron las penurias propias de la pobreza. Otro rasgo social que me ha parecido ver en este film, y que no recuerdo en el anterior, es el machismo dominante que podemos observar a través del personaje de Pepe, quien después de propinar una bofetada a su chica le dice "cuando vuelva ya verás la que te espera"; eso sí, dicho con tono de comedia. Esto, ahora mismo, es un problema porque nos hemos distanciado tanto de este modelo de conducta que, aunque se trate de una comedia de hace cuarenta y nueve años, nos molesta y duele.


La historia de estos rufianes palurdos contó con una nueva película en 1987, I Soliti ignoti vent’anni dopo, en la cual se retoma al personaje interpretado por Mastroianni, quien decide juntarse junto a Pepe "el Pantera" y Ferribotte para dar otro golpe y así recuperar a su mujer Tereza, personaje que no aparece en la primera película, pero al que sí nombran.

Para terminar sólo me gustaría recordar que este film, al igual que el anterior, pertenece a uno de los géneros más viejos de la historia del cine, al "bank robbery", relacionado también con el western. Es interesante ver como este género, a lo largo de la historia, se ha posicionado en la catalogación genérica de películas, a veces como subgénero y otras como género.

La trilogía del Soliti Ignoti:

I Soliti Ignoti (1958, Mario Moncelli)
Audace colpo dei soliti ignoti (1960, Nanni Loy)
I Soliti ignoti vent’anni dopo (1987, Amanzio Todini)


Artículo de
Rubén s. Ferrer

2 de febrero de 2010

El cine de animación de Bruno Bozzetto




Los años 60 fueron unos años magníficos para la cultura y el arte en general, y para la animación en particular. Mientras en Estados Unidos Walt Disney nos regalaba tres joyas de la animación universal, 101 Dálmatas (1961), Merlín el encantador (1963) y El libro de la selva (1967), y el dueto Hanna-Barbera hacía historia en el mundo de la televisión animada, en Europa se experimentaban interesantes propuestas como el Yellow Submarine (1968) de George Dunning o los cortometrajes de Jan Švankmajer, que influenciarían a tantos cineastas posteriores.

Uno de los grandes genios vivos de la animación europea, es sin duda el italiano Bruno Bozzetto, muy conocido en Italia especialmente por su personaje más famoso, el señor Rossi.



Además de los numerosísimos cortometrajes, que arrancan en el año 58, la mayoría de ellos en artesana animación tradicional pero sin descuidar los nuevos formatos, siendo uno de los pioneros de la animación con Flash en Europa, dejó para la historia tres fantásticas películas, que para muchos de nosotros forman parte de nuestra infancia: West and Soda ( o Johnny y Clementina en el Oeste, 1965), Vip, il mio fratello superuomo ( o Mi hermano el Vip, 1968) y la galardonada Allegro non troppo (No demasiado alegre, 1977).

La primera, West and Soda, es un claro homenaje al spaguetti western, tanto en la forma como en el fondo, impregnada de ese humor tan característico de Bozzetto (a veces políticamente incorrecto) que, a menudo, juega con el sonido, tamaño y la sencillez del motivo en el plano (tan característico del animador en trabajos posteriores) para sacarnos alguna que otra sonrisa.



La siguiente película, Mi hermano el Vip, mucho más compleja que la anterior, hacía un guiño en este caso al cine de superhéroes, tan recurrente en los años 60, y de paso, servía de excusa para analizar el creciente capitalismo en la sociedad italiana, el consumismo y el poder de la publicidad ( la antagonista, Happy Betty, dueña de una cadena de supermercados, fabrica unos misiles cerebrales para convertir al resto de la humanidad en autómatas que consumirían sus productos).


Por último, Allegro non troppo, posiblemente su mejor película, y al igual que Fantasía, de Walt Disney, utiliza la música clásica como hilo conductor de varias piezas animadas que hablan sobre la deshumanización, la soledad o la excesiva urbanización. Los segmentos de animación ( intercaladas con live action), incluyen música de Debussy, Dvorak, Ravel, Sibelius, Vivaldi y Stravinsky.


Las películas:

West and soda, 1965
Vip, mio fratello superuomo, 1968
Allegro non troppo, 1977

Artículo de David Boscá

1 de febrero de 2010

La propuesta australiana de un western





La Propuesta (2005), John Hillcoat

Australia es un país con una densidad de población de 2.5 habitantes por kilómetro cuadrado (en Estados Unidos, 31) que se agrupa mayoritariamente en las costas, una antigua colonia británica que a finales del XIX se convirtió en la prisión perfecta para la chusma que nadie quería en Inglaterra y que sin duda encontrarían acomodo en aquellos desiertos prácticamente habitados por los aborígenes.

El paralelismo con el western crepuscular norteamericano es sorprendemente. Al igual que en Estados Unidos nos encontramos con un país que está siendo transformado por el progreso, donde los héroes de guerra ya no tienen lugar y los indios (los aborígenes australianos) prácticamente erradicados, siguen siendo un problema para los nuevos burgueses, aunque, es verdad, que cada vez más simbólico.

Aprovechando este contexto, John Hillcoat, con la inestimable ayuda de Nick Cave (que también firma el guión) realiza un interesantísimo film de marcado corte lírico, mucho más cercano al Dead Man (1995) de Jim Jarmusch, que al western clásico.



Los forajidos Charlie Burns ( Guy Pearce) y su hermano menor Mike, han sido arrestados por el capitán Stanley (Ray Winstone) acusados de cometer una serie de sangrientos crímenes. Stanley, consciente de que el máximo responsable es el hermano mayor, Arthur (Danny Huston), realiza a Charlie una arriesgada propuesta, si termina con la vida de su hermano mayor, conseguirá la libertad de su indefenso hermano menor.


Charlie sabe que su hermano Arthur es un monstruo, un asesino. Sabe que lo que ocurrió en la casa de los Hopkins fue imperdonable y, aceptando la proposición, inicia un viaje, consciente de que nunca terminará bien.

Tomando como referencia dos películas esenciales, Apocalypse Now (1979) y Sin Perdón (1992), Hillcoat construye una historia asentada en la culpa, en la responsabilidad, en la necesidad de frenar un mal que forma parte de uno mismo y que destruye todo lo que toca.

La maravillosa fotografía de Benoît Delhomme y la magnífica banda sonora de Nick Cave y Warren Ellis subrayan de forma magistral la metáfora del ocaso de un estilo de vida que Charlie inmerso en un estado de meditación constante empieza a asumir.


Al igual que William Munny en Sin Perdón, Charlie Burns es consciente que nunca logrará la redención, y vaga como un fantasma de tiempos pasados en busca de lo único que será capaz de obtener: Justicia.



Otros interesantes westerns contemporáneos:


Sin Perdón (1992), de Clint Eastwood
Dead Man (1995), de Jim Jarmush
Cenizas y pólvora (2001) de Milcho Manchevski
Open range (2002), de Kevin Costner
El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford (2007), de Andrew Dominik
El tren de las 3:10 (2007), de James Mangold
Sukiyaki Western Django (2007) de Takashi Miike


Artículo de David Boscá