20 de febrero de 2010

En Roma hay fantasmas




Fantasmi a Roma (1960, Antonio Pietrangeli)

Hoy me disponía a ver Profumo di Donna (Perfume de Mujer, 1974), dirigida por Dino Risi, recomendada por P. y porque me interesaba ver algo de Risi, cuando he descubierto que no tenía subtítulos. El caso es que tenía sobre mi mesa el DVD de Fantasmi A Roma (Fantasmas en Roma), un film dirigido por Antonio Pietrangeli, con música de Nino Rota, y con la interpretación de Marcello Mastroiani y Vittorio Gassman, entre otros.

Fantasmas en Roma cuenta la historia de unos fantasmas que habitan dentro de un palazzo en ruinas. En él vive un viejo príncipe que está en bancarrota y constantemente sometido a la presión de vender su casa para que construyan un supermercado de veinte plantas. El anciano, cascarrabias y algo chalado, muere en un accidente doméstico, heredando la propiedad su sobrino quien no tiene ninguna duda en vender el viejo palacio. Sin embargo los fantasmas, asustados porque perderán su hogar, harán de las suyas para que el joven no pueda deshacerse de la mansión de sus antepasados.

La película de Pietrangeli, con guión del propio director junto a Ruggero Maccari (Profumo di Donna, Il Magnifico Cornuto), Ettore Scola (Totó Nella Luna, Gente Di Roma) y Ennio Flaiano (Dolce Vitta, La notte, Boccaccio '70), tiene una estructura algo confusa dada la duración de los actos. En la primera parte (todo el planteamiento) vemos una presentación minuciosa de los personajes en el día a día de la casa; prácticamente un documental. Cuando el espectador ya los ha conocido bien pasamos a la segunda parte del film, cuando el viejo principe muere y llega su sobrino con propósitos de vender la casa.

Personalmente, la riqueza de Fantasmas en Roma reside sus diálogos, basando el humor en las réplicas entre los personajes en vez de el físico, como en las comedias norteamericanas. La comedia clásica italiana es hija directa del neorrealismo y se caracteriza, como ya he dicho, por tener unos diálogos rápidos y constantes, y por mostrarnos la realidad italiana del momento (en este caso principios de los sesenta). Es aquí donde encontramos esos personajes grotescos que pegan gritos, esos hombres pillos que persiguen a las mujeres por las calles, esas esposas seductoras que controlan a sus maridos con sus picardías, los curas gordos y adictos a la comida, las familias numerosas, etc. Una serie de características que aparecen en el cine español de la misma época. ¿Y cómo es eso? Fácil, porque somos gente del mediterráneo y porque muchos guionistas italianos también trabajaron con directores españoles, como es el caso de Ennio Flaiano, que escribió dos obras maestras de Berlanga, como Calabuch (1956) y El Verdugo (1963).

Fantasmas en Roma, un clásico imperecedero de uno de los directores olvidados del cine italiano, Antonio Pietrangeli.

Otras películas que te gustarán:


La fortuna di essere donna (1956, Alessandro Blassetti)
La legge (1960, Jules Dassin)
Il Bigamo (1956, Luciano Emmer)
Auda e le compange (1960, Antonio Pietrangeli)

Artículo de Rubén S. Ferrer

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