22 de febrero de 2010

Oscar 2010 Avatar: Vacaciones en Pandora




La cara A

Tras más de 10 años sin dirigir ningún largometraje, James Cameron vuelve a lo grande con una historia de aventuras disfrutable para el público de todas las edades. Si además le añadimos la posibilidad de ver la película en 3D, destacando el efecto óptico de la profundidad, nos encontramos con el mejor cine espectáculo que podemos ver actualmente en la cartelera.

Cameron, centrado últimamente en documentales sobre los misterios de las profundidades del océano, ha creado una historia donde además de aventura podemos encontrar una crítica al afán colonizador del imperialismo yanqui, destacando el heroísmo de los primitivos nativos na’vi del planeta Pandora frente al ejército invasor humano más avanzado.

Los na’vi son unos gigantes azules que viven en la jungla del planeta más hermoso que se ha recreado últimamente en pantalla, y que tienen un código de honor arraigado y que respetan las maravillas de la naturaleza.

Si añadimos una historia de amor, el contraste de culturas, y grandes batallas con naves y criaturas extravagantes, la diversión está asegurada.

Se ha comparado Avatar con Pocahontas (aunque sería más propio hacerlo con El nuevo mundo de Terrence Malick), y es cierto que tienen una base parecida, donde entre el caos de una fuerza invasora con más recursos que llega para conquistar a una población primitiva surge una historia de amor, pero ahí queda la cosa.

Quién sabe, a lo mejor Cameron ha querido actualizar una historia conocida, o a lo mejor ese momento histórico le ha servido como excusa para hacer una gran película de aventuras, o a lo mejor ha sido una simple casualidad, porque es verdad que las ideas están en el aire, y cada vez es más difícil ser original.


De todas formas, sea lo que sea lo que haya inspirado al director, la verdad es que Avatar es una película espectacular, visualmente atractiva, muy emotiva en ciertos momentos, y con un gran diseño de producción.

Pese a la inevitable violencia de las batallas, se trata de una película para toda la familia, donde es casi obligatorio verla en el cine para alucinar a lo grande, sobre todo con el efecto en tres dimensiones, que parece que ha sido rodada para verla exclusivamente de esta manera, puesto que la diferencia de verla en 2D y 3D nunca fue tan abismal.




Artículo de David Tarrazona

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