25 de febrero de 2010

La parada de los vampiros adolescentes




Adaptar una trilogía en poco más de 90 minutos o como bajarse los pantalones ante los ejecutivos de Hollywood.


El circo de los extraños
(2009), de Paul Weitz.

Darren Shan, escritor irlandés comenzó hace ahora diez años la primera de sus doce novelas vampíricas (La saga de Darren Shan o Cirque du Freak), protagonizada por un joven vampiro que lleva el nombre del escritor. En un principio simplemente era una idea divertida en la mente del autor, pero causó tal éxito entre el público infantil que monopolizó buena parte de su carrera en este sentido.

Era cuestión de tiempo que algún estudio importante se hiciera con los derechos de la saga y fue finalmente la Universal quien rompió la baraja posiblemente motivada por el arrollador éxito de Crepúsculo.

La premisa era interesante, más aún respaldada por el estudio que lanzó al conde Drácula hace ya muchos años.Un niño, el citado Darren, entra en contacto con un circo de fenómenos (freaks) que ha llegado a la ciudad y acaba convirtiéndose en el ayudante del vampiro que forma parte de la troupe, compartiendo almuerzo con gigantes, enanos, una mujer barbuda (Salma Hayek en su papel más antisexy después, y digo después, de Frida) o un hombre lobo.


Es innegable que Paul Weitz (el director de American Pie y Un niño grande) quería homenajear a las películas y novelas de terror infantiles de los años 80 y 90. Se palpa en el ambiente esa atmósfera kitsh ( innegable el grado de horterismo de los malvados Vampanezes) de luces violetas y cortinas de humo, de personajes poco creíbles y carnavalescos. Lo mismo ocurre con el maniqueismo exagerado , con el protagonismo absoluto del niño, con las situaciones de pelígro aptas para cardíacos que ya estaban presentes en las pesadillas literarias de R.L. Stine.

Ahora bien, tras un inicio prometedor e inquietante ( con la presencia de secundarios de lujo como John C. reilly, Salma Hayek, Ken Watanabe o Willem Dafoe) la película se va diluyendo como un azucarillo en una taza de té (muy caliente). Porque señores míos de Hollywood, los niños no son idiotas, y son capaces de entender perfectamente una historia sin necesidad de abusar de esos clichés tan mascados y molestos, que por otra y sorprendente parte conviven con momentos de verdadera tensión y de humor macabro.


El guión de El circo de los extraños, escrito por el mismo Weitz y Brian Helgeland (co-guionista también de los fantásticos textos de L.A Confidential o Mystic River) cojea por todos lados en el intento de adaptar tanta y tanta información, que repartida en tres novelas podría resultar interesante, en una película de tan corta duración.

Sospecho, que estos momentos negros ( Darren jugando a la consola portátil en un ataud bajo tierra y su posterior desenterramiento) es lo poco que el verdadero equipo creativo de la película ha podido salvar de las manos de algún listillo visionario de la Universal, conocedor del secreto del éxito.

Otras aventuras de terror infantiles:

El carnaval de las tinieblas (1983) de Jack Clayton ( guión de Ray Bradbury )
Gremlins (1984)
Una pandilla alucinante (1987), de Fred Dekker
El secreto de los fantasmas (1987), de Roland Emmerich
El misterio de la dama blanca (1988), de Frank LaLoggia
Monster House ( 2006 ), de Gil Kenan
Coraline ( 2009 ), de Henry Selick


Artículo de David Boscá

No hay comentarios:

Publicar un comentario