24 de marzo de 2010

La vida en Roma




Recuerdo que en la universidad empecé a ver las promos de esta serie tan interesante. Durante dos o tres semanas la seguí fielmente hasta que por razones que desconozco me desenganché, la olvidé, y ahora ha reaparecido en mi vida. El motivo principal es que me declaro un auténtico seguidor y admirador de la cadena privada HBO, hasta tal punto que intento ver todo lo que hacen. En cuanto a series se refiere es un faro que nos ilumina en el mar de los seriales televisivos, nos muestra el buen puerto donde encontramos calidad, seriedad, estilo y vigor. Ni que decir tiene que son responsables de series como Tales From The Crypt, Six Feet Under, Carnivale, Band Of Bothers, Generation Kill y muchísimas más. Y como era de esperar Roma llegó a mis manos para ser vista y paladeada lentamente.

La serie de Roma se centra en el cambio de la República al Imperio, transición que tiene lugar con la muerte de Cayo Julio César y posesión del título de César por Octavio, más conocido como César Octavio Augusto. Tales acontecimientos están contados a través de dos personajes Tito Pullo (Ray Stevenson) y Lucio Voreno (Kevin McKidd), dos legionarios de la XIII legión. Estos dos soldados, los auténticos protagonistas de la serie, nos llevan de la mano para protagonizar, o intervenir, en los grandes acontecimientos que cambiaron la historia.



La serie, coproducida con la BBC, la HBO y la RAI, con un presupuesto de cien millones de dólares, fue rodada en Italia, en los antiguos estudios de la Cinecittà, donde los decorados del cine Peplum seguían guardados. Este trabajo en conjunto le dio a la serie la calidad y el respeto que era de esperar. Las historias, o la Historia, que en ella aparecen enganchan por varios motivos. El espectador ve la vida en Roma a través de Pullo, legionario que intenta adaptarse a la vida social después de estar ocho años en el campo de batalla, y Voreno, casado y con una mujer y unas hijas que le creían muerto. Los protagonistas, sin desearlo, se ven envueltos en tramas de política, celos, asesinatos, conspiraciones, guerras, sabotajes, mafias, etc. Y es a través del género de aventura como se nos muestra la vida en Roma, la importancia del nivel social, de la muerte y de la política, sobre todo de ésta, porque el pueblo al fin y al cabo no tenía poder de decisión, pero sí de opinión, la cual debía ganarse con guerras, casamientos y asesinatos.


No obstante, y tanto el lector como el espectador han que quedar avisados, las licencias historias que se toman los guionistas son muy grandes. Es cierto que los hechos, como la muerte de Julio César, el ascenso de Octavio Augusto o la muerte de Cleopatra, están basados en la realidad, sin embargo, los protagonistas son dos personajes, dos nombres, que se mencionan en el libro de Guerra de las Galias escrito por Julio César, concretamente dos centuriones de la IX legión. No se sabe nada más, ni si estuvieron casados, ni si volvieron a luchar juntos, nada. Con respecto a los otros personajes de la trama, como Atia, Servilia, Pompeyo, Bruto, Marco Antonio, Catón, etc... se toman unas licencias dramáticas en las que obvian detalles y personajes relativos a estos; todo por construir una trama fuerte y cerrada. Por lo tanto es importante que el espectador sepa de todo momento que el guión está lleno de licencias.


A pesar de ello (a algunos nos hubiera gustado que se ciñeran a la realidad) Roma está perfectamente ambientada, rodada, fotografiada e interpretada. Esto la convierte en un producto televisivo de calidad, contado únicamente en dos temporadas, haciendo que sea conciso, directo y no pierda ni un ápice de intensidad en todos sus aspectos.

Está claro lo que significan las series de la HBO ¿o es que hace falta algo más?

Otros referentes sobre la Antigua Roma:

Quo Vadis? (1951, Mervyn LeRoy)
Julius Caesar (1953, Joseph L. Mankiewicz)
Ben-Hur (1959, William Wyler)
Spartacus (1960, Stanley Kubrick)
Cleopatra (1963, Joseph L. Mankiewicz)
The Fall Of The Roman Empire (1964, Anthony Mann)
I, Claudius TV(1975, Herbert Wise)
Augustus TV (2003, Robert Young)

Artículo de Rubén S. Ferrer

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