18 de marzo de 2010

Recordando Quiet Man en Innisfree




Algunos de vosotros ya conoceréis a José Luís Guerín (Barcelona, 1960), pero me temo que la mayoría de la gente desconoce a este cineasta tan adorado por las minorias. José Luís Guerín es actualmente uno de los mejores realizadores de documentales que ha parido nuestra patria, y cuando digo de documentales no me refiero a los de naturaleza (que no los desprecio), sino a los cinematográficos, a aquellas películas que tienen por finalidad capturar la realidad tal cual es (aquí podemos discutir mucho) y que nos llegan al alma, no sólo por la historia que cuenta sino porque nos hace reflexionar, encontrar una lectura oculta bajo un texto muy personal.

Conocí su obra gracias a J.Pavía, quien en clase nos habló de En Construcción, quizás su película más conocida por las masas. Así que, al igual que hacía con todas las películas que nos nombraban en clase, saqué tiempo para visionarla. Recuerdo que me produjo una extraña sensación ya que por aquel entonces yo estaba muy poco familiarizado con el cine de autor francés. Digo esto porque Guerín ha mamado hasta la saciedad este cine, y para mi, es uno de los mayores catalizadores del cine francés y europeo en nuestro país, en el que disfrutar de esta estética y narrativa es cada vez más difícil (véase el film Lo que sé de Lola de Javier Rebollo).


Desde entonces siempre que he oído hablar de documentales ha aparecido el nombre de Guerín por algún lado, lo que me hacía sentir un paleto por no conocer su obra, y más paleto aún por trabajar en el mundo audiovisual. El problema, y no es excusa, es que sus obras nunca han sido fáciles de encontrar. Si no recuerdo mal conseguí Tren de Sombras por la red; una copia mal pasada, en baja calidad, con audio pésimo y subtitulada en portugués (por lo menos...). Afortunadamente el director barcelonés ha cedido y sus documentales (al menos tres) acaban de ser editados por Versus. Se trata de una caja con cuatro discos que contienen Innisfree, Tren de Sombras y Unas fotos en la Ciudad de Sylvia; además la edición contiene un libro de 64 páginas y un disco con entrevistas y extras. Imprescindible.



El caso es que hace un mes me compré esta edición ya que necesito tener muchas referencias para el trabajo, así que por qué no empezar por el producto nacional. Habiendo visto ya En Construcción quería empezar por el primer disco Innisfree. En esta película Guerín viaja a Irlanda en busca del pueblo de dicho nombre donde se desarrolla la historia de The Quiet Man (John Ford, 1952). Así que decidí ver las dos seguidas. Innisfree es, sin lugar a dudas, el mejor homenaje que se la he podido hacer a la película de Ford. En el documental (que se permite algunas licencias de dramatización) Guerín nos muestra la vida en el pueblo en el que se rodaron los exteriores del film, así como la huella tan honda que ha dejado esta experiencia. Pero Innisfree no existe, el nombre hace referencia a Irlanda (Isla Libre) y se asocia a lo puramente irlandés (el mérito se le atribuye al poeta William Butler Yeats).


Sobre el documental de Guerín me gustaría señalar varias cosas. La primera es su estilo, heredero del cine francés y de su maestro Víctor Erice. La segunda es la narratividad de esta película. El director no se ciñe al documental de estilo directo, sino que le suma a esto una serie de dramatizaciones (en mi opinión y me gustaría descubrir que estoy equivocado en algunas) muy personales que ayudan a comprender mejor lo que el autor desea contar. Como es el caso del personaje de la chica pelirroja que regresa al pueblo después de vivir en EEUU (referencia al personaje de John Wayne), así como los amantes que pasean juntos y actúan como los protagonistas del film predecesor. También crea ciertas situaciones como los hermanos que hablan en gaélico, las canciones que se cantan por el pueblo, los niños que cuentan al detalle la película de Ford (para mi que está ensayado). Sin embargo, a parte de la manipulación de autoría, consigue mostrarnos como un pueblo entero recuerda el día (sobre todo los pocos mayores que siguen vivos) en el que el director de Las Uvas de la Ira volvió a su Irlanda natal para hacer una película que llevaba planeando desde los años treinta. Hay, en el film de Guerín, una frase que dice uno de los entrevistados que acontinuación transcribo de memoria "a pesar de haber nacido después (...) guardo el recuerdo que me transmitieron mis padres". Creo que esta frase resume muy bien aquello que se nos muestra en Innisfree.


Aunque nunca he sido admirador de Guerín, creo que su trabajo es lo mejor que se está haciendo ahora mismo en el terrerno nacional de documental cinematográfico. Para mi su filmografía es fundamental para conocer a uno de los directores de cine más personales. Un ejemplo a seguir.

Otras películas de Guerín que espero comentar algún día:

Tren de sombras (1997)
En construcción (2001)
En la ciudad de Sylvia (2007)


Artículo de Rubén S. Ferrer

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