3 de enero de 2010

El cine carcelario o el precio de la libertad




Quién iba a pensar hace años que las películas de cárceles y prisiones se iban a convertir en un género propio. Posiblemente la causa principal sea que juntar a un buen número de personajes heterogéneos y privarles de su libertad es una manera fantástica de experimentar y tratar de analizar la condición humana.

Son muchas las películas en las que la carcel es un personaje más, de hecho en la mayoría de los films el protagonista (o los protagonistas) no tienen otra cosa en la cabeza sino huir de ella.

Las hay duras, durísimas, o por el contrario otras que Hollywood nos presentó como verdaderos campamentos de verano con nazis en lugar de monitores, pero todas ellas entrañables.

Un condenado a muerte
ha escapado. 1956

La joya de Robert Bresson. Un clásico imprescindible y no sólo de género, sino como cine en general. Bresson nos regala una historia impecablemente narrada y sirve de manual de cómo utilizar el sonido fuera de campo de forma drámatica o como componer cada plano del film con una eficacia terrible. Fontaine, el protagonista es un miembro de la resistencia en la Francia ocupada por los nazis, es apresado y nada más entrar en prisión empieza a urdir un plan para escapar de allí.





La Evasión (Le Trou)
1960

El Agujero, título original del film, es mucho más acertado y severo que el que propuso el papanatas de turno en nuestro país. Otra película francesa esta vez de Becker, que trata sobre la fuga en una prisión. En este caso, la fuga colectiva de un grupo de presos que meticulosamente ( y el director se encarga de mostrárnolos con unos larguísimos planos secuencia) elaboran un túnel para escapar de esta carcel, que en este caso alberga presuntos culpables en espera de un juicio.

La Gran Evasión
1962

Cine de aventuras de toda la vida. Un especialista en westerns, John Sturges, firmó esta super-producción carcelaria después de la interesante Conspiración de silencio o remakear con más o menos éxito a Akira Kurosawa en Los Siete Magníficos. Los nazis albergan en su campo de verano (ejem, de concentración) a una serie de oficiales ingleses y americanos, algunos de ellos especialistas en fugas.
Steve McQueen, en plan estrella, aceptó participar en la película, únicamente si se añadía al metraje una escena donde pudiera demostrar sus habilidades como motorista. Y a fé que lo consiguió.



El hombre de Alcatraz. 1962

El infravalorado director John Frankenheimer, autor de numerosos bombazos del cine de acción de todos los tiempos ( El Tren, El Mensajero del Miedo, Gran Prix, Siete Días de Mayo o Ronin) firma este drama protagonizado por Burt Lancaster.
Un drama que ataca directamente al corazón, con la historia de un preso, que a través de su pasión, la ornitología, intenta arrebatar tintes de la libertad soñada en las alas de los pájaros.

La Leyenda del Indomable 1967

Después de La gran Evasión, Hollywood nos acerca otra visión amable del cine carcelario con la historia de otro sinvergüenza, interpretado por Paul Newman, que recibe el duro castigo de dos años de trabajos forzados tras destrozar un parquímetro. Secundarios de lujo ( Óscar para George Kennedy) y una banda sonora muy interesante a cargo de Lalo Schifrin.


Fuga de Alcatraz
1979

La última conexión Don Siegel y Clint Eastwood tras películas como El Seductor, Harry, el Sucio o Dos mulas y una mujer. Basada en una historia real, cuenta la aventura que emprenden cuatro hombres para escapar de la Roca, la cárcel inexpugnable. Muy buen ritmo y un guión que sin duda alguna inspiró a películas posteriores.

Cadena Perpetua
1994

Una de las películas más recordadas de los últimos tiempos. Firmada por Frank Darabont (autor de la otra cinta carcelaria La Milla Verde y de la interesantísima La Niebla)basándose en un relato del mismísimo Stephen King. Nominada a siete Óscar, no consiguió llevarse ninguna estatuilla. Fue el año de Forrest Gump.
Cuenta la historia de la paciencia, la dedicación y el esfuerzo de un hombre que se siente inocente pero ha sido condenado a cadena perpetua por el asesinato de su mujer. La amistad ( y la enemistad) es otro de los temas, perfectamente tratados en esta obra maestra del cine contemporáneo.


Otras películas del género:


El código criminal, de Howard Hawks, 1931
Fuerza Bruta, de Jules Dassin, 1947
Quiero vivir, de Robert Wise 1958
Contra el muro, de John Frankenheimer, 1993 (TV)
La Milla Verde, de Frank Darabont, 1999
Celda 211, de Daniel Monzón 2009



Artículo de David Boscá

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